Y en realidad notas que nunca es suficiente dejar al aire un deseo, dejarlo por el destino, por la gracia divina, eso no basta. Un brindis no te asegura tus deseos, doce uvas no te dejarán cerca a todas tus metas. Claro, sin olvidar que eso nos motiva a seguir nuestro camino, ir pintandolo justo como lo deseamos.
Sólo hay algo que quisiera que cambiara sobre todos mis años nuevos: y es nada más y nada menos que caer en el lado mediocre de mi, ese lado que aún sabiendo todo lo malo de mí cree que está bien en siempre ser la misma todos los años, porque así es como soy IGUAL.
Pero este año será diferente, porque este año (ya que es el fin del mundo tengo que acabarlo bien) esa parte mediocre de mi no saldrá sino saldrá la parte que aún no tiene nombre: esa que me motiva, que me regaña, que se preocupa por mi persona, por mis seres queridos y es firme en cuanto a lo que quiere.
Y mi meta no es ser un producto perfecto, sino ser quien quiero ser siendo lo que siempre he sido.
Gracias a todas las personas que por error caigan en este blogspot y se den tiempo para leer un poco de lo que me gusta escribir, de lo que me aqueja y me emociona. Y por cierto ya escribiré más, porque a mi una de las cosas que me gusta es escribir aunque sean puras tonteras.
Esto es lo único que soy.
